jueves, 30 de junio de 2011

Heidegger contra las ideologías

http://panik.com/wp-content/uploads/2010/02/Heidegger.jpgLa filosofía implica una movilidad libre en el pensamiento, es un acto creador que disuelve las ideologías.

Martin Heidegger

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sábado, 25 de junio de 2011

Colectivo La Jauría: poesía periférica


Hace unos meses se constituyó el Colectivo La Jauría, una asamblea de creadores que toma las decisiones horizontalmente y difunde libremente su obra a través de internet, por ahora. A diferencia del hermetismo y elitismo tradicional de la mayoría de colectivos, asociaciones y "clubs" de poesía actual, este colectivo apuesta por la participación abierta, plural, posibilitando la publicación de obras de otros autores en su medios de difusión. La única norma es tratar o inspirarse en el tema elegido por la asamblea del colectivo cada medio mes.

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jueves, 23 de junio de 2011

Pentti Linkola

http://www.corrupt.org/drupal/files/images/pentti_linkola.jpgKaarlo Pentti Linkola es un ecologista finlandés. Ha escrito profusamente sobre sus ideas y es muy conocido en su país. Vive de manera sencilla y trabaja como pescador. Linkola considera que la humanidad está destruyendo el medioambiente, y por eso plantea como solución la reducción del número de personas en el mundo y la desindustrialización. Su ideal de sociedad es una dictadura totalitaria, gobernada por una élite intelectual, donde la mayor parte de la población tenga el nivel de vida de la Edad Media y el consumo esté limitado solamente a recursos renovables.

Linkola creció en Helsinki. Su padre, Kaarlo Linkola, era el rector de la Universidad de Helsinki. Pentti Linkola eligió no continuar sus estudios de zoología y botánica tras el primer año, y orientó su formación hacia el naturalismo, fruto del cual fue su libro: Gran libro de los pájaros ("Suuri lintukirja"), (1955) con O. Hilden.

La primera publicación política de Linkola fue el panfleto: Para la tierra padre y los humanos ("Isänmaan ja ihmisen puolesta") (1960), en el cual defendía el pacifismo y la objeción de conciencia.

Linkola es conocido por su gran amor a los pájaros. En sus escritos expresa a menudo admiración hacia los bosques y la naturaleza en general, lo cual le lleva a defender la extinción de gatos y visones, así como otras especies animales fineses que considera foráneas y destructoras del medio ambiente.

Su vida es bastante sencilla. No posee coche ni agua corriente. Se dedica a vender peces que consigue en un bote, y vende puerta por puerta con un caballo.

En su colección de ensayos: Sueños sobre un mundo mejor ("Unelmat paremmasta maailmasta") (1971), escribió por primera vez su opinión sobre ecología. Ha continuado hablando contra el modo de vida del Occidente moderno, y la explotación de recursos naturales en sus siguientes libros Introducción al pensamiento de los 90 ("Johdatus 1990-luvun ajatteluun") (1989) y Podría la vida ganar ("Voisiko elämä voittaa") (2004), colecciones de escritos publicados en diversos periódicos y revistas finesas. Más tarde produjo controversia por su reconocida admiración a la Alemania nazi.

Como filósofo, Linkola podría ser considerado como empirista biocéntrico. Defiende que la humanidad vuelva a un nicho ecológico, y abandone la tecnología y el progreso económico. Por otra parte, considera que una buena sociedad debería tener alta tecnología militar para defenderse de ser conquistada por sociedades no medioambientales. Asimismo, opina que el crecimiento poblacional es la mayor amenaza a la vida en la Tierra, lo cual le ha llevado a defender la eugenesia y el asesinato como posibles formas de controlar la superpoblación. Ha sugerido que las grandes ciudades deberían ser atacadas con armas nucleares. También ha defendido las guerras que ocurren en el mundo, por conseguir que se reduzca la población. Su postura ecológica es vista como exagerada y autoritaria.

Bibliografía

  • Linkola, Pentti & O. Hilden: Suuri Lintukirja. Otava 1955, reedición 1962.
  • Isänmaan ja ihmisen puolesta: Mutta ei ketään vastaan. Helsinki: Suomen sadankomitealiitto, 1981.
  • Linkola, Pentti: Pohjolan linnut värikuvin: Elinympäristö. Levinneisyys. Muutto. Otava 1963-67.
  • Linkola, Pentti: Unelmat paremmasta maailmasta. Porvoo: WSOY, 1990.
  • Linkola, Pentti: Toisinajattelijan päiväkirjasta. Porvoo: WSOY, 1979.
  • Linkola, Pentti & Osmo Soininvaara: Kirjeitä Linkolan ohjelmasta. Porvoo: WSOY, 1986.
  • Linkola, Pentti: Johdatus 1990-luvun ajatteluun. Porvoo: WSOY, 1989.
  • Ekologiseen elämäntapaan: johdantoartikkeli. Yliopistopaino, 1996.
  • Linkola, Pentti: Voisiko elämä voittaa. Helsinki: Tammi, 2004.
También:
  • Kämäräinen, Kauko: Linkola, oikeinajattelija. Tampere: Määrämitta, 1992.
  • Alén, Eero: Linkolan soutajan päiväkirja. Turku: Sammakko, 2006.

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jueves, 16 de junio de 2011

Azzahár (el peligro de existir)

[La flor de azahar
la más preciada de todas
emanación aromática
bálsamo curativo
quimera mediterránea]

Hay algo más poderoso
que el mito abrahámico,
entre el Caos y el Cosmos
entre Eros y Thanatos
entre Satán y Yavhé
gobierna un señor más poderoso aún:
el árbitro que elige al vencedor de cada combate.
Conoces su nombre
se llama Azzardo en Italia
Zufall en Alemania
Hazard en inglés
Zahar en árabe:
como la flor de una de las caras de los dados.

El Azar: lo imprevisible
lo imponderable
lo inesperado que trae desgracia y muerte:
el peligro de existir.

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miércoles, 15 de junio de 2011

Un Mundo Feliz según Houellebecq

»Bruno llegó a eso de las nueve; había bebido un poco y tenía ganas de abordar temas teóricos. —Siempre me ha sorprendido —empezó sin sentarse siquiera— la extraordinaria precisión de las predicciones que hizo Huxley en Un mundo feliz. Es alucinante pensar que ese libro fue escrito en 1932. Desde entonces, la sociedad occidental no ha hecho otra cosa que acercarse a ese modelo. Un control cada vez más exacto de la procreación, que cualquier día acabará estando completamente disociada del sexo, mientras que la reproducción de la especie humana tendrá lugar en un laboratorio, en condiciones de seguridad y fiabilidad genética totales. Por lo tanto, desaparecerán las relaciones familiares, las nociones de paternidad y de filiación. Gracias a los avances farmacéuticos, se eliminarán las diferencias entre las distintas edades de la vida. En el mundo que describió Huxley, los hombres de sesenta años tienen el mismo aspecto físico, los mismos deseos, y llevan a cabo las mismas actividades que los hombres de veinte años. Después, cuando ya no es posible luchar contra el envejecimiento, uno desaparece gracias a una eutanasia libremente consentida; con mucha discreción, muy deprisa, sin dramas. La sociedad que describe Brave New World es una sociedad feliz, de la que han desaparecido la tragedia y los sentimientos violentos. Hay total libertad sexual, no hay ningún obstáculo para la alegría y el placer. Quedan algunos breves momentos de depresión, de tristeza y de duda; pero se pueden tratar fácilmente con ayuda de fármacos; la química de los antidepresivos y de los ansiolíticos ha hecho considerables progresos. «Un centímetro cúbico cura diez sentimientos.» Es exactamente el mundo al que aspiramos actualmente, el mundo en el cual desearíamos vivir.

»Sé muy bien —continuó Bruno haciendo un gesto con la mano como para barrer una objeción que Michel no había hecho— que el universo de Huxley se suele describir como una pesadilla totalitaria, que se intenta hacer pasar ese libro por una denuncia virulenta; pura y simple hipocresía. En todos los aspectos, control genético, libertad sexual, lucha contra el envejecimiento, cultura del ocio, Brave New World es para nosotros un paraíso, es exactamente el mundo que estamos intentando alcanzar, hasta ahora sin éxito. Actualmente sólo hay una cosa que choca un poco con nuestro sistema de valores igualitario, o más bien meritocrático, y es la división de la sociedad en castas, dedicadas a tareas diferentes siguiendo su naturaleza genética. Pero ése es precisamente el único punto sobre el que Huxley fue un mal profeta; justamente el único punto que ha llegado a ser más o menos inútil, con el desarrollo de la robotización y del maquinismo. No cabe duda de que Aldous Huxley era muy mal escritor, de que sus frases son pesadas y no tienen gracia, de que sus personajes son insípidos y mecánicos. Pero tuvo una intuición fundamental: que la evolución de las sociedades humanas estaba desde hacía muchos siglos, y lo estaría cada vez más, en manos de la evolución científica y tecnológica, exclusivamente. Puede que le faltara sutileza, psicología, estilo; todo eso pesa poco al lado de la exactitud de su intuición primera. Y fue el primer escritor, incluidos los escritores de ciencia ficción, en entender que el papel principal, después de la física, lo iba a desempeñar la biología.

- Michel Houellebecq, Las Partículas Elementales

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miércoles, 8 de junio de 2011

Nihilismo activo

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAI75m9qe6UL98EYU2DCqk_zHShYpIFYC5rpyHCk-O10z5r8Phi0rOVFcog82qu3Jm3CLNd2J86KLLJFssd30j5q0S61FB8lZbMCbPM4Jkk6rq6eLrEgNm0ygi9PKK9uBkgt32oZ7f30mH/s320/friedrich+nietzsche.jpg
Intenta mostrar cómo los valores dominantes son una pura nada, una invención; la filosofía nietzscheana es nihilista en este sentido pues propone la destrucción completa de todos los valores vigentes y su sustitución por otros radicalmente nuevos (propone la “transmutación de todos los valores”). Este nihilismo es una fase necesaria para la aparición de un nuevo momento en la historia de la cultura, para el reencuentro con el “sentido de la tierra”, la aparición de una nueva moral y de un nuevo hombre, el superhombre. En “Así habló Zaratustra” representa esta figura del espíritu con la metáfora del león (por su agresividad, su capacidad destructiva).

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martes, 7 de junio de 2011

Manifiesto Ateísta

Es difícil decir cuando el pensamiento humano primero concibió de la existencia de Dios. Pero una vez después de concebirlo, procedió a rechazarlo. Posiblemente el rechazo de Dios ocurrió inmediatamente después de la primera concepción de éste, del primer reconocimiento de su existencia. En todo caso, el rechazo de Dios es muy antiguo, y las semillas de incredulidad aparecieron muy temprano en la historia de la humanidad. En el curso de varios siglos, sin embargo, estas semillas modestas de ateísmo fueron estranguladas por las venenosas ortigas del teísmo. Pero el esfuerzo del pensamiento y sentimiento humano para la libertad es muy grande para no prevalecer. Y de hecho ha prevalecido. Bajo sus presiones todas las religiones han ampliado sus horizontes, flexibilizando un punto tras otro y despojándose de mucho que sólo una generación atrás se consideraba indispensable. La religión, tratando de preservar su existencia, ha hecho varios compromisos, amontonando una absurdidad sobre otra, combinando lo incombinable.

Las ingenuas leyendas acerca de los orígenes de la Tierra, leyendas creadas por la pastoral popular en los albores de la vida, fueron emitidas fuera y relegadas a la mitología de ‘libros sagrados’. Bajo la presión de la ciencia, la religión repudió al Diablo y repudió la personificación de la deidad. En cambio, ahora Dios se revela Él mismo a nosotros como la Razón, Justicia, Amor, Misericordia, etc. etc. Ya que era imposible salvar los contenidos de la religión, el hombre preservó sus formas, sabiendo muy bien que las formas darían forma a cualquier contenido que fuera puesto en éstas.

Todo el supuesto llamado progreso de la religión es nada sino una serie de concesiones a la voluntad, pensamiento y sentimiento emancipado. Sin sus ataques persistentes, la religión hasta este día hubiese preservado su carácter original crudo e ingenuo. El pensamiento, además, logró otros triunfos también. No sólo obligó a la religión a volverse más progresiva, o, más preciso, el dar a luz a nuevas formas, sino que también tomó un paso independiente creativo, moviéndose cada vez más audazmente hacia un ateísmo abierto, militante.

Y nuestro ateísmo es ateísmo militante. Nosotros creemos que es hora de empezar una lucha abierta, despiadada con todos los dogmas religiosos, como quiera que se llamen, sea lo que sea de sistemas filosóficos o morales que esconda su esencia religiosa. Pelearemos contra todos los intentos para reformar la religión o para contrabandear los conceptos anticuados de épocas pasadas al bagaje espiritual de la humanidad contemporánea. Encontramos a todos los dioses igualmente repulsivos, ya sean sanguinarios o humanitarios, envidiosos o bondadosos, vengativos o perdonadores. Lo que es importante no es qué clase de dioses son sino simplemente que son dioses –esto es, nuestros señores, nuestros soberanos –y que amamos nuestra libertad espiritual muchísimo como para hacer reverencia ante ellos.

Por lo tanto somos ateos. Debemos cargar audazmente nuestra propaganda de ateísmo a las masas trabajadoras, para quienes el ateísmo es más necesario que para cualquier otro. No tememos al reproche que por destruir la fe de la gente estamos jalando la base moral de debajo de sus pies, un reproche pronunciado por ‘los amantes de las personas’ que mantienen que la religión y la moral son inseparables. Nosotros afirmamos, por el contrario, que la moralidad puede y debe ser libre de cualquier atadura con la religión, basando nuestra convicción en las enseñanzas de la ciencia contemporánea sobre la moralidad y la sociedad. Sólo mediante la destrucción de los viejos dogmas religiosos podemos lograr la gran tarea positiva de liberar el pensamiento y el sentimiento de sus viejos y enmohecidos grilletes. ¿Y qué mejor puede romper tales cadenas?

Nosotros mantenemos que no hay ideas objetivas tanto en el Universo existente o en la historia pasada de los pueblos. Un mundo objetivo es absurdo. Los deseos y aspiraciones pertenecen sólo a la personalidad individual, y nosotros ubicamos al individuo libre en la esquina principal. Debemos destruir la vieja moralidad repulsiva de la religión que declara: ‘Haz bien o Dios te castigará’. Nosotros nos oponemos a esta negociación y decimos: ‘Haz lo que pienses que sea bueno sin hacer ofertas con nadie sino sólo porque es bueno’. ¿Es esto sólo realmente trabajo destructivo?

Tanto amamos la personalidad humana que debemos por lo tanto odiar a los dioses. Y por lo tanto somos ateos. La vieja y difícil lucha de los trabajadores por la liberación de la mano de obra puede continuar aún más. Los trabajadores puede que tengan que trabajar aún más de lo que han tenido, y sacrificar su sangre a fin de consolidar lo que ya se ha ganado. A lo largo del camino, los trabajadores sin duda experimentarán nuevas derrotas y, peor aún, desilusión. Por esta misma razón deben tener un corazón de hierro y un espíritu poderoso que pueda resistir los golpes del destino. ¿Pero puede un esclavo realmente tener un corazón de hierro? Bajo Dios todos los hombres son esclavos e insignificantes. ¿Y pueden los hombres poseer un espíritu poderoso cuando caen de rodillas y se postran, como lo hacen los fieles?

Por lo tanto debemos ir a los trabajadores y tratar de destruir los vestigios de su fe en Dios. Le enseñaremos a pararse orgulloso y derechos como corresponde a los hombres libres. Le enseñaremos a buscar ayuda sólo de ellos mismos, en su propio espíritu y en la fuerza de organizaciones libres. Estamos difamados con la acusación que todos nuestros mejores sentimientos, pensamientos, deseos y actos no son nuestros, no son experimentados por nosotros, sino de Dios, son determinados por Dios, y que no somos nosotros sino un mero vehículo cargando la voluntad de Dios o del Diablo. Queremos asumir la responsabilidad para todo sobre nosotros mismos. Queremos ser libres. No queremos ser marionetas o títeres. Por lo tanto somos ateos.
Las religiones reconocen su incapacidad para sostener la creencia del hombre en el Diablo, y están rechazando a esta figura ya desacreditada. Pero esto es inconsistente, porque el Diablo tiene el mismo derecho de existir que Dios –esto es, ninguno en lo absoluto. La creencia en el Diablo fue una vez muy fuerte. Hubo un tiempo cuando el demonismo tenía una influencia exclusiva sobre las mentes de los hombres, sin embargo ahora esta figura amenazante y tentadora de la humanidad ha sido transformado en un insignificante diablo, más cómico que espantoso. La misma suerte debe también caer en su hermano de sangre –Dios.

Dios, el Diablo, fe –la humanidad ha pagado por estas palabras horribles con un mar de sangre, un río de lágrimas y un sufrimiento interminable. ¡Suficiente de esta pesadilla! El hombre debe finalmente arrojar el yugo, debe ser libre. Tarde o temprano ganará el trabajo. Pero el hombre debe entrar en la sociedad de la igualdad, hermandad y libertad listo, y espiritualmente libre, o por lo menos libre de la divina basura que se ha aferrado a éste por miles de años. Nos hemos sacudido este polvo venenoso de nuestros pies, y somos por lo tanto ateos.
Ven con todos nosotros los que amamos al hombre y la libertad, y odiamos a los dioses y la esclavitud. ¡Sí, los dioses están muriendo! ¡Que viva el hombre! –Unión de Ateos.
Fuente original: Soiuz Ateistov, ‘Ateisticheskii manifest’, Nabat (Kharkov), 12 de mayo 1919, p. 3., tomado de: Los Anarquistas en la Revolución Rusa, editado por Pablo Avrich, Imprenta de la Universidad de Cornell, 1973.

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lunes, 6 de junio de 2011

Carta del Jefe Seattle al presidente de los Estados Unidos

http://www.bitacoramedica.com/wp-content/uploads/2011/05/Noah-Seattle.3.jpg
Nota:
El presidente de los Estados Unidos, Franklin Pierce, envía en 1854 una oferta al jefe Seattle, de la tribu Suwamish, para comprarle los territorios del noroeste de los Estados Unidos que hoy forman el Estado de Wáshington. A cambio, promete crear una "reservación" para el pueblo indígena. El jefe Seattle responde en 1855.


El Gran Jefe Blanco de Wáshington ha ordenado hacernos saber que nos quiere comprar las tierras. El Gran Jefe Blanco nos ha enviado también palabras de amistad y de buena voluntad. Mucho apreciamos esta gentileza, porque sabemos que poca falta le hace nuestra amistad. Vamos a considerar su oferta pues sabemos que, de no hacerlo, el hombre blanco podrá venir con sus armas de fuego a tomar nuestras tierras. El Gran Jefe Blanco de Wáshington podrá confiar en la palabra del jefe Seattle con la misma certeza que espera el retorno de las estaciones. Como las estrellas inmutables son mis palabras.


¿Cómo se puede comprar o vender el cielo o el calor de la tierra? Esa es para nosotros una idea extraña.

Si nadie puede poseer la frescura del viento ni el fulgor del agua, ¿cómo es posible que usted se proponga comprarlos?

Cada pedazo de esta tierra es sagrado para mi pueblo. Cada rama brillante de un pino, cada puñado de arena de las playas, la penumbra de la densa selva, cada rayo de luz y el zumbar de los insectos son sagrados en la memoria y vida de mi pueblo. La savia que recorre el cuerpo de los árboles lleva consigo la historia del piel roja.

Los muertos del hombre blanco olvidan su tierra de origen cuando van a caminar entre las estrellas. Nuestros muertos jamás se olvidan de esta bella tierra, pues ella es la madre del hombre piel roja. Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros. Las flores perfumadas son nuestras hermanas; el ciervo, el caballo, el gran águila, son nuestros hermanos. Los picos rocosos, los surcos húmedos de las campiñas, el calor del cuerpo del potro y el hombre, todos pertenecen a la misma familia.

Por esto, cuando el Gran Jefe Blanco en Wáshington manda decir que desea comprar nuestra tierra, pide mucho de nosotros. El Gran Jefe Blanco dice que nos reservará un lugar donde podamos vivir satisfechos. Él será nuestro padre y nosotros seremos sus hijos. Por lo tanto, nosotros vamos a considerar su oferta de comprar nuestra tierra. Pero eso no será fácil. Esta tierra es sagrada para nosotros. Esta agua brillante que se escurre por los riachuelos y corre por los ríos no es apenas agua, sino la sangre de nuestros antepasados. Si les vendemos la tierra, ustedes deberán recordar que ella es sagrada, y deberán enseñar a sus niños que ella es sagrada y que cada reflejo sobre las aguas limpias de los lagos hablan de acontecimientos y recuerdos de la vida de mi pueblo. El murmullo de los ríos es la voz de mis antepasados.

Los ríos son nuestros hermanos, sacian nuestra sed. Los ríos cargan nuestras canoas y alimentan a nuestros niños. Si les vendemos nuestras tierras, ustedes deben recordar y enseñar a sus hijos que los ríos son nuestros hermanos, y los suyos también. Por lo tanto, ustedes deberán dar a los ríos la bondad que le dedicarían a cualquier hermano.

Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestras costumbres. Para él una porción de tierra tiene el mismo significado que cualquier otra, pues es un forastero que llega en la noche y extrae de la tierra aquello que necesita. La tierra no es su hermana sino su enemiga, y cuando ya la conquistó, prosigue su camino. Deja atrás las tumbas de sus antepasados y no se preocupa. Roba de la tierra aquello que sería de sus hijos y no le importa.

La sepultura de su padre y los derechos de sus hijos son olvidados. Trata a su madre, a la tierra, a su hermano y al cielo como cosas que puedan ser compradas, saqueadas, vendidas como carneros o adornos coloridos. Su apetito devorará la tierra, dejando atrás solamente un desierto.

Yo no entiendo, nuestras costumbres son diferentes de las suyas. Tal vez sea porque soy un salvaje y no comprendo.

No hay un lugar quieto en las ciudades del hombre blanco. Ningún lugar donde se pueda oír el florecer de las hojas en la primavera o el batir las alas de un insecto. Mas tal vez sea porque soy un hombre salvaje y no comprendo. El ruido parece solamente insultar los oídos.

¿Qué resta de la vida si un hombre no puede oír el llorar solitario de un ave o el croar nocturno de las ranas alrededor de un lago?. Yo soy un hombre piel roja y no comprendo. El indio prefiere el suave murmullo del viento encrespando la superficie del lago, y el propio viento, limpio por una lluvia diurna o perfumado por los pinos.

El aire es de mucho valor para el hombre piel roja, pues todas las cosas comparten el mismo aire -el animal, el árbol, el hombre- todos comparten el mismo soplo. Parece que el hombre blanco no siente el aire que respira. Como una persona agonizante, es insensible al mal olor. Pero si vendemos nuestra tierra al hombre blanco, él debe recordar que el aire es valioso para nosotros, que el aire comparte su espíritu con la vida que mantiene. El viento que dio a nuestros abuelos su primer respiro, también recibió su último suspiro. Si les vendemos nuestra tierra, ustedes deben mantenerla intacta y sagrada, como un lugar donde hasta el mismo hombre blanco pueda saborear el viento azucarado por las flores de los prados.

Por lo tanto, vamos a meditar sobre la oferta de comprar nuestra tierra. Si decidimos aceptar, impondré una condición: el hombre blanco debe tratar a los animales de esta tierra como a sus hermanos.

Soy un hombre salvaje y no comprendo ninguna otra forma de actuar. Vi un millar de búfalos pudriéndose en la planicie, abandonados por el hombre blanco que los abatió desde un tren al pasar. Yo soy un hombre salvaje y no comprendo cómo es que el caballo humeante de hierro puede ser más importante que el búfalo, que nosotros sacrificamos solamente para sobrevivir.

¿Qué es el hombre sin los animales? Si todos los animales se fuesen, el hombre moriría de una gran soledad de espíritu, pues lo que ocurra con los animales en breve ocurrirá a los hombres. Hay una unión en todo.

Ustedes deben enseñar a sus niños que el suelo bajo sus pies es la ceniza de sus abuelos. Para que respeten la tierra, digan a sus hijos que ella fue enriquecida con las vidas de nuestro pueblo. Enseñen a sus niños lo que enseñamos a los nuestros, que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le ocurra a la tierra, le ocurrirá a los hijos de la tierra. Si los hombres escupen en el suelo, están escupiendo en sí mismos.

Esto es lo que sabemos: la tierra no pertenece al hombre; es el hombre el que pertenece a la tierra. Esto es lo que sabemos: todas la cosas están relacionadas como la sangre que une una familia. Hay una unión en todo.

Lo que ocurra con la tierra recaerá sobre los hijos de la tierra. El hombre no tejió el tejido de la vida; él es simplemente uno de sus hilos. Todo lo que hiciere al tejido, lo hará a sí mismo.

Incluso el hombre blanco, cuyo Dios camina y habla como él, de amigo a amigo, no puede estar exento del destino común. Es posible que seamos hermanos, a pesar de todo. Veremos. De una cosa estamos seguros que el hombre blanco llegará a descubrir algún día: nuestro Dios es el mismo Dios.

Ustedes podrán pensar que lo poseen, como desean poseer nuestra tierra; pero no es posible, Él es el Dios del hombre, y su compasión es igual para el hombre piel roja como para el hombre piel blanca.

La tierra es preciosa, y despreciarla es despreciar a su creador. Los blancos también pasarán; tal vez más rápido que todas las otras tribus. Contaminen sus camas y una noche serán sofocados por sus propios desechos.

Cuando nos despojen de esta tierra, ustedes brillarán intensamente iluminados por la fuerza del Dios que los trajo a estas tierras y por alguna razón especial les dio el dominio sobre la tierra y sobre el hombre piel roja.

Este destino es un misterio para nosotros, pues no comprendemos el que los búfalos sean exterminados, los caballos bravíos sean todos domados, los rincones secretos del bosque denso sean impregnados del olor de muchos hombres y la visión de las montañas obstruida por hilos de hablar.

¿Qué ha sucedido con el bosque espeso? Desapareció.

¿Qué ha sucedido con el águila? Desapareció.

La vida ha terminado. Ahora empieza la supervivencia.

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