Es característico de la mente humana el convertir la simplicidad en complejidad subjetiva e interpretar dificultad en la vida donde no la hay. Hoy en día la pregunta arquetípica de los filósofos es "¿por qué estamos aquí?" Pregúntale a un humano y las respuestas serias probablemente implicarán un razonamiento complejo involucrando a deidades místicas o un análisis introspectivo. Pero antes que dejemos la respuesta final con la humanidad, creo que necesitamos una segunda opinión.
Hace como 280 millones de años los primeros anfibios iniciaron la vida fuera del agua. Estos Laberintodontos, nombrados así por su dientes esmaltados envueltos, por lo regular tenían una larga y ancha cabeza triangular, un cuerpo plano que parecía atropellado por algún vehículo pero sin las marcas de los neumáticos. Los tetrápodos se arrastraban y comían gusanos, quizás algunos bichos, pero básicamente todo lo que pudieran atrapar y digerir. No hay mucho por ver o admirar a pesar de que ellos dieron surgimiento al resto de los vertebrados terrestres, reptiles, pájaros, e incluso eventualmente a los humanos alfabetizados.
Si pudiéramos preguntarle lo mismo a un tetrápodo pérmico, ¿qué iluminadas y misteriosas respuestas nos daría? Quizás algo como "no entiendo la pregunta, sólo quiero evitar la muerte."
Es extraño que nunca tuvieron ninguna meta o dios, ni alma o esperanzas en el más allá, de verdad que adolecían de cualquier propósito más allá de la breve lucha por la vida, y sin embargo millones de años después aquí estamos leyendo esto, debido a eso, debido a que existieron y evolucionaron. Como humanos existimos en el mismo universo físico, sujeto a las mismas reglas de la física y la biología, la misma necesidad de agua marina y salinidad en el fluido corporal, las mismas proteínas y aminoácidos... Décadas de pesquisas científicas y una investigación muy cuidadosa, todo para llegar a la ineludible conclusión de que el propósito es que no hay ningún propósito. La broma es exclusivamente humana porque hemos convertido lo absurdamente simple en algo peligrosamente complejo. De verdad que si los científicos quisieran o pudieran salirse de este bucle, notarían la probable conclusión de que la ciencia por si misma está condenada, ¡debido a que incluso mitologías arcaicas proporcionan respuestas con más atractivo cósmico para el consumo público!
La respuesta a "para que estamos aquí" no es diferente para el humano, el Laberintodonte o la medusa ya que vivimos en el mismo mundo sujeto a las mismas limitaciones físicas y terminamos en el mismo lugar después de morir, bueno, algunos dejan mejores fósiles que otros. Ahora vemos porqué el miedo a la muerte sólo es parte del instinto natural, y el porqué la religión se esfuerza mucho para contradecir ese instinto.
La mente humana fabrica la ética, los códigos morales, las reglas para morir, las excusas y justificaciones para las más profundas epifanías y eventos parecidos de lo más trivial. Algunos incluso van más allá para secuestrar los eventos aleatorios y malinterpretarlos como si fueran creados por ellos, el principio psicológico conocido como 'ilusión de control'. Desafortunadamente las complejidades en la mente humana hacen que sea más fácil creer en la fantasía y entretenerse con el engaño. Es tal el esfuerzo por encontrar un significado mayor en donde en realidad no lo hay, y esto sólo conduce a consejos adversos y justificaciones especiosas. Esas razones confeccionadas luego son usadas para justificar lo que necesita no ser justificado, como nuestra existencia perpetua salvo que está basada en mentiras, preparándolos para la caída, cuando el mito se erosione. Todo debería moverse hacia adelante muy suavemente, sin ninguna mente humana alrededor para creer en Dios, Satanás u otras ficciones, lo hizo antes de nosotros y lo hará después. En lugar de eso el Nihilista está interesado en las cosas que importan, tanto si alguien cree en ellas o no; todas esas fuerzas y factores que influencian incluso a las cosas que no piensan.
A pesar de que la evolución no tiene ninguna meta y nuestro propósito puede ser tan evasivo que no anule el significado, eso no hace que las acciones y consecuencias sean irrelevantes, una distinción a menudo muy confundida dentro del nihilismo. El nihilismo no evita el significado o un cándido rechazo para extraer lecciones de la historia, así como la carencia en el tradicional objetivo místico no necesita inutilidad. Por ejemplo, los eventos de la extinción son significativos, después de todo no estaríamos aquí sin ellos. La única justificación cósmica apoyada por cualquier evidencia tangible, es el ímpetu para la existencia prolongada, el propósito que se auto justifica en la tautología. Sinceramente, el exigir cualquier justificación, en la mayoría sólo fomenta la confusión y un comportamiento tonto. Además es probable que cualquier cosa mas allá de los principios fundamentales, sólo sea una construcción artificial. De esta forma, el nihilismo no es una cuestión de la existencia como lo son muchas preguntas con respecto a los valores, si es que alguno de esos significados artificialmente construidos lo tiene. ¿Hacia donde nos llevará y en realidad queremos terminar ahí? ¿Y podemos ser más listos que la selección natural, por ejemplo?
Muy buena introducción para comenzar este blog.