Hola Ignorancia,
¿Cómo estás? ¿Contenta no? Ya imagino, yo en tu lugar también lo estaría, te vas a poner las botas con los pobres españoles después de los últimos acontecimientos… qué bribona eres pillina.
Mira, perdona que te escriba desde tu lado oscuro, el de la Ciencia, pero como sé que estás de fiesta tras los últimos recortes en Investigación + Desarrollo, tus enemigos tradicionales, supongo que no te importará que un pobre perdedor te dé un poco la vara aprovechando la iniciativa que lainformación.com ha tenido para intentar mostrar, bajo el lema #sinCiencia no hay futuro, las consecuencias reales de las restricciones presupuestarias adoptadas en el campo de la I+D… tonterías mías, ya me conoces.
Oye Ignorancia que digo que me perdones las prisas en ponerme en contacto contigo porque, aunque pensaba dirigirme a tí en mi blog dentro de unos meses, me he adelantado un poco porque como tú bien sabes las nuevas tecnologías, esas que contribuyen al estado del bienestar en el que vivimos y que nos permiten comunicarnos a través de blogs, redes sociales, móviles de última generación, etc. solo son posibles gracias al desarrollo científico y #sinCiencia eso de las nuevas tecnologías como que no lo veo.
Claro que tú, querida Ignorancia, nos vendrás con el cuento demagógico de que anteriormente no existían tantas nuevas tecnologías fruto del desarrollo de la Ciencia y disfrutábamos en casa con nuestros hijos. No seré yo el que diga que no lo hagan otras personas, qué suerte la suya, pero… ¿sabes una cosa amiga Ignorancia? Yo no hubiese podido hacerlo porque mi hija, como millones de niños en todo el mundo, es fruto también del avance de la Ciencia y de las nuevas técnicas de reproducción asistida y #sinCiencia no estaría ahora mismo a mi lado mientras te escribo.
Sé que estás pensando que no pasa nada, que también hay gente que es feliz sin tener hijos porque mientras haya salud tenemos que dar gracias a no sé quién pero… ¿Has dicho salud? Desgraciadamente no puedo estar de acuerdo contigo tampoco en esto porque gracias al desarrollo de la Ciencia en el campo de la medicina, fruto de la inversión en este campo y no de recortes injustos y desequilibrados, la esperanza y la calidad de vida del ser humano ha aumentado espectacularmente en los últimos años y #sinCiencia no habrán avances en nuevas vacunas, ni desarrollo de novedosos fármacos, ni nuevas técnicas de diagnóstico de enfermedades… ni salud.
No, no me lo digas que ya sé lo que está pasando por tu cabeza. Sé que tú eres de las que piensan que para qué queremos la Ciencia en la salud, si hay cada vez más personas, embaucadores los llamaría yo, que no tienen ni idea del método científico y que se dedican a “curar mágicamente” a pobres infelices que depositan todas sus esperanzas en las verdaderas enemigas de la razón, tus compañeras las Pseudociencias… y #sinCiencia no habrá quien ponga freno al avance de la astrología, la homeopatía, el feng shui y demás disparates que atentan contra el rigor científico… y contra el bolsillo y la salud de quienes las practican.
Claro que vosotras, queridas Pseudociencias, estáis muy tranquilas porque sabéis perfectamente que la única forma de poneros freno es mediante la redacción de leyes que prohíban a embaucadores promover la credulidad ajena para tener sus consultas llenas de personas con problemas, vender sus curas mágicas o cobrar por su participación en radio, televisión y prensa pero… ¿a qué se debe vuestra tranquilidad frente a la amenaza de que os corten las alas? Yo lo sé. Porque sabéis perfectamente que #sinCiencia los legisladores y los políticos que deben aprobar esas leyes, y que incluso han dejado a la Ciencia sin un ministerio propio, no estarán lo suficientemente formados ni tendrán el necesario conocimiento necesario para saber valorar quién está en posesión de la verdad y quién en el lado oscuro de la Ciencia… y como vivirán siempre en la duda sin saber lo que es Ciencia y lo que es Pseudociencia, no tomarán las decisiones necesarias.
Sí Ignorancia sí, he nombrado a tus amigos los políticos, esos que salvo muy contadas excepciones no han pisado un laboratorio en su vida y creen que la Ciencia es como un coche que, en el caso de pasarse una temporada parado, luego le echamos un poco de gasolina y vuelve a arrancar sin problemas. Pero tú sabes perfectamente que no, que en el caso de que la Ciencia española se detenga definitivamente, cosa que no está muy lejos de suceder, luego no habrá quien la ponga en marcha porque no solamente estará a años luz de otros países que siguen creyendo en ella y en sus investigadores a pesar de estar también en crisis, sino que tus amigas las Pseudociencias y tú la habréis adelantado calando de tal forma entre la población que ya nadie podrá quitaros la careta… y #sinCiencia esa es la sociedad que nos espera.
Uy, perdona amiga Ignorancia, he nombrado a tus hasta hoy tus grandes enemigos, los jóvenes investigadores… pero tranquila que no tienes nada que temer… ¿De qué jóvenes investigadores estamos hablando? ¿Dónde están? Mira querida, en el fondo me puedo considerar un afortunado porque actualmente, aunque no por mucho tiempo, en el departamento universitario donde trabajo no estamos pasando gravísimos apuros económicos y podemos adquirir no solamente reactivos sino también pequeños y medianos equipos, pero los laboratorios se están quedando vacíos, muy vacíos por culpa de la desmoralización en las tropas que los efectos colaterales de #sinCiencia están provocando.
Por cierto Ignorancia, permíteme que aprovechando la carta que te dedico deje una pregunta en el aire… ¿alguien en su sano juicio cree que si los jóvenes investigadores que día a día están a pie de poyata desaparecen de nuestras instalaciones los investigadores principales o secundarios que dirigen los proyectos de investigación van a sustituirlos en sus labores cotidianas? Entonces, ¿quiénes harán de soldados rasos? Qué mal huele esto de #sinCiencia, amiga…
Pero aunque sé que ni tú, amiga Ignorancia, ni nuestro querido ministro que hizo aquellas desafortunadas manifestaciones, estáis preocupados por esos jóvenes científicos que se están yendo al extranjero, o mejor dicho se les están echando, para seguir su carrera investigadora… ¿me podrías responder a una pregunta? Cuando se comenta que los investigadores noveles han de salir de nuestro país… ¿puedo saber bajo qué programa de investigación crees tú que lo harán? Lo digo porque por cada contrato postdoctoral que ahora se ofrece en mis tiempos había diez y claro, ¿no estaremos pensando que se lo paguen de su bolsillo? Y ya que estamos preguntando… Cuándo nos traigamos a los pocos que puedan irse, ¿los estabilizaremos luego o los echaremos tras haberles prometido el oro y el moro? Qué contenta estarás Ignorancia… y cuánta desgracia has generado pillina logrando un país #sinCiencia.
Sin embargo, y aunque nunca es bueno descubrir las cartas de uno hasta que la partida no haya acabado, me gustaría advertirte querida Ignorancia de una cosa. A pesar de que la primera y crucial batalla, la de los recortes presupuestarios en materia de investigación básica y aplicada, la has ganado por culpa de decisiones irresponsables de algunas personas que no creen en el desarrollo científico como fuente de riqueza no solamente económica, sino sobre todo intelectual y cultural de un país, la guerra todavía no ha terminado y aún no somos un país definitivamente #sinCiencia.
En los últimos meses estoy descubriendo mucha, pero que mucha gente, que no está dispuesta a dejarse vencer tan fácilmente. Investigadores, docentes, divulgadores y muchas otras personas se están movilizando para impedir por una parte, que la Ciencia se pare definitivamente y, por otra, que tanto tú como las Pseudociencias sigáis avanzando.
Personalmente, y a pesar de los oscuros nubarrones que hay sobre nosotros y el pesimismo generalizado existente en la comunidad científica, creo que todavía la guerra no ha acabado. Nuestra mayor arma contra la #sinCiencia consiste en una forma de pensar unánime, sólida y consistente basada en una serie de principios básicos que paso a descubrirte a continuación, amiga Ignorancia, para que los tengas presentes el día que nos dejen hacer las cosas a nuestra manera… y ese día estoy seguro que, si seguimos sin desfallecer, llegará:
Los descubrimientos científicos por parte de los investigadores les hacen acercarse poco poco a la verdad de las cosas…la divulgación científica de esos descubrimientos genera una sociedad basada en el conocimiento…solamente de un pueblo con alto nivel de conocimiento saldrán unos líderes que tengan el suficiente criterio para decidir correctamente cuál es el camino a seguir… y ese camino, basado en la justicia, la educación y el progreso generará un país con una estabilidad económica, intelectual y cultural donde la Ignorancia y las Pseudociencias no tendrán cabida.
Ale Ignorancia, sigue de fiesta mientras puedas pero no te descuides un pelo porque la Ciencia, aunque herida, no está muerta.
Jose Manuel López Nicolás
www.scientiablog.com
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